lunes, 26 de julio de 2010

Dejando huellas


Todas las personas que entran en nuestra vida, ya sea que compartan largas temporadas o esporádicas situaciones, van dejando sus huellas, así como cada uno de nosotros, sin quererlo también dejamos nuestras huellas en esas personas.
No es necesario haber compartido largos períodos de tiempo para poder afirmar que alguien dejó su huella en nosotros... no importa que tan fuerte pisó para poder decir que su huella quedó grabada en nuestro interior. En realidad SÍ importa cuan fuerte pisó en nuestra vida porque de eso dependerá cuán profunda sea la huella y cuánto nos marcó! Pero lo importante es reconocer que TODOS dejan su huella en nosotros.
Lo que sí es seguro es que todos somos forjadores de huellas a lo largo de nuestra vida.
Te acordás cuando hablábamos del rol que cumplimos como docentes en la vida de nuestros alumnos en el cole? Y que te conté cómo, cuando empecé a tener los hijos de mis primeras camadas de alumnos, lo que me sorprendió fue lo que se acordaban de mí? Esas son huellas que vamos dejando en sus vidas.
Hay quienes se preocupan de dejar bien marcado su paso por la vida de las personas... trabajan a nivel consciente para que la marca que dejan sea duradera... otros, sin quererlo siquiera, vamos dejando nuestras marquitas en las vidas de los que nos encontramos y acompañamos a lo largo del camino, sin quererlo, simplemente siendo nosotros mismos.
Creo que si nuestro reencuentro ocurrió fue porque algo había dejado en vos luego de tantos años... algo que quizás quedó adormilado durante un cuarto de siglo, pero que al ver mi nombre, disparó un montón de cosas. Nos pasa que cuando de pronto nos reencontramos con gente de otra época de nuestra vida, lo primero que surge en nuestro interior es como un remolino dentro del pecho... este movimiento puede ser sentido como algo placentero o como algo que nos inquieta. Siento que lo que sentiste fue algo placentero... sino, qué sentido hubiera tenido buscarme, hablarme, reencontrarnos?
Sé que en mi guardaba los mejores recuerdos de nuestra adolescencia... y que me sentí muy bien con este reencuentro, porque evidentemente dejaste en mi huellas que sólo reconocí cuando nos volvimos a comunicar.
Me ha pasado que la vida me llevó por caminos muy diferentes a los que recorrieron muchos de mis amigos de la adolescencia... en gran parte por elección propia, cuando decidí a los 22 años hacer un corte brutal con lo que había sido hasta entonces y me mudé lejos de casa (vos me conocés, mis cortes son así, extremistas... soy a un todo o nada... visceral por donde me mires... pero esos cortes o rupturas los hago después de mucho análisis... o sea que es verdad que uso mucho mi raciocinio... pero sólo después de haber dejado que mis emociones hayan actuado a full). Y el reencontrarme con estos afectos del pasado fue como un volver a vivir. De cada uno de ellos saqué algo hermoso: ese poder reconectarme con lo que había sido, completar parte del rompecabezas de mi vida con algunas de las piezas que estaban faltando, intentando entender un poco más lo que soy hoy. 
Pero sabés qué...?? Con ninguno de todos esos reencuentros tuve lo que tuvimos nosotros.... esa piel, esas ganas de... Charlamos largas horas sobre lo que había sido de cada uno de nosotros, por dónde nos había llevado la vida... recordamos viejas épocas, nos reimos, lloramos, sacamos a la luz las huellas que habíamos dejado en el otro.... Pero con ninguno de ellos el reencuentro fue como el nuestro... no teníamos asignaturas pendientes, sólo recordamos viejos tiempos y nos pusimos al día... viejas amistades que se reencuentran.
Con vos fue todo distinto... por más que no quieras admitirlo, deberías ver en tu interior, y descubrir qué huellas pude haber dejado en tu persona... porque está bueno admitir que quizás fue simplemente las ganas de ver qué era lo que nos pasaba, cómo se sentía lo que antes nunca nos habíamos atrevido a intentar. O si la huella era más profunda... y significa algo más...
Creo que todos dejamos nuestra huella en la vida de los que de una u otra manera "tocamos" a lo largo del camino... sé que las huellas que yo voy dejando son positivas, porque soy puro corazón y nunca hago nada para lastimar a nadie... sé que las marquitas que dejo en los que me quieren son de esas que no se olvidan, pero que contribuyen a ser mejores, jamás a denigrar ni lastimar ni herir... Y será por eso que los reencuentros están siempre plagados de buenos recuerdos, que me llevan en el alma sin siquiera saberlo yo.
Las huellas pueden ser positivas... pero también pueden ser negativas... y son éstas últimas las que más lastiman, las que paralizan ante nuevas situaciones parecidas... porque son cicatrices que muchas veces intentamos ocultar, pero el dolor aunque inconsciente está... nos paraliza, nos hace temerosos, nos bloquea ante la posibilidad de nuevas situaciones... el miedo a lo desconocido? NO! El miedo a más de lo mismo... si ya estoy en una posición cómoda y durante tanto tiempo estuve así, bloqueando, escondiendo, pretendiendo que esas huellas profundas no están... para qué intentar algo que sólo hará que se hagan nuevamente tangibles? Es más fácil pretender que las cicatrices no están y hacer de cuenta que las huellas positivas que nos dejaron en el alma son solamente marcas... que no nos movilizan ni nos emocionan ni nada.
Hace ya varios meses había escrito algo sobre las huellas, aunque desde otra perspectiva... acá el link para quien quiera releerlo. http://blogdejeannie.blogspot.com/2010/03/el-problema-son-las-huellas.html

8 comentarios:

ECH dijo...

Todas las personas nos cruzamos por algo en nuestras respectivas vidas... y es muy lindo cuando algunas de ellas provoca en nosotros sentimientos fuertes y vivos... que nos sacuden de la "estabilidad habitual".
El sólo hecho de sentir, de vernos nuevamente a nosotros mismos sentir con tanta intensidad, creo que vale la pena y demos por bien hecho el encuentro, valió la pena !!!.
Besos Jeannie.

Jean dijo...

Edu... es verdad, siempre creí que todo sucede por algo... "Everything happens for a reason"... nada es casualidad sino causalidad.
Y sí que me sacudió... y mucho, no? Sí que valió la pena, a pesar del dolor que se le siguió... besos!!

Loló dijo...

Te conozco ya desde hace tanto tiempo, y a pesar que a veces se nos pasaron largas temporadas sin estar en contacto por las cosas de cada una de la vida, puedo afirmar que lo que decis es asi, porque todos dejan su huella en nosotros, y vos con tu intempestividad, tu fuerza, tu pasion por todo lo que haces y por todos tus afectos, hacen que dejes una huella muy importante en todas las personas que conoces. Por algo siempre todos tienen el mejor recuerdo tuyo, sin excepcion. Te quiero nena! bs!!!

Jean dijo...

Ay Loló... tenías que escribirlo así??? Mirá que sabés que soy super sensiblona, y este tipo de demostraciones de afecto me pueden mal! Pero al mismo tiempo, qué lindo que es saber que dejo mi huella en los corazones de todos aquellos que entran en mi vida, no??? Besitos!!

Anónimo dijo...

Hola, muy interesante el post, saludos desde Panama!

Jean dijo...

Muchísimas gracias! Me alegra que te haya parecido interesante mi post! Un abrazo desde Argentina

Anónimo dijo...

Buen articulo, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)

Jean dijo...

Ojalá supiera tu nombre... o donde poder ubicarte, para agradecerte porque consideras que es un buen post, y para poder charlar sobre lo que noe stás de acuerdo... igualmente, muchas gracias por tu comment!!! =)