sábado, 31 de julio de 2010
Las heridas
A medida que va transcurriendo nuestra vida, son muchas las situaciones que nos producen felicidad, sosiego, alegría, sentirnos amados y cuidados... como también hay tantísimas otras que vienen cargadas de dolor, pena, sufrimiento, amargura. De todas y cada una de ellas aprendemos algo... o por lo menos así debería ser, porque de eso se trata la vida: de vivirla lo más intensamente posible. Y en esa intensidad son nuestros sentidos y sentimientos los que nos hacen sentir vivos, a pesar de los malos tragos.
Me gustaría mucho compartir este mensaje de la ostra y cómo produce ella sus perlas, que me mandó un amigo en un mail. Dice así:
"Una ostra que no ha sido herida, no puede producir perlas. Las perlas son producto del dolor, de la entrada de una sustancia extraña e indeseable al interior de la ostra, como un parásito o un grano de arena. En la parte interna de la ostra, se encuentra una sustancia lustrosa llamada nácar. Cuando entra un grano de arena, las células de nácar comienzan a trabajar y cubren el grano de arena con capas, y capas, y más capas de nacar para proteger el cuerpo indefenso de la ostra. Una ostra que no haya sido herida de algún modo no puede producir perlas, porque la perla es una herida cicatrizada.
Te has sentido herido por palabras hirientes? Has sido acusado de decir cosas que nunca dijiste?
Tus ideas fueron rechazadas o mal interpretadas? O quizás fueron tomadas por alguien y usadas como propias?
Has recibido golpes de quiénes adquieren ideas preconcebidas indebidamente?
Has sido objeto de una indiferencia?
Has tenido una pena de amor por no haber sido correspondido?
Entonces... produce una perla!!!! Muchas personas sólo aprenden a cultivar resentimientos, dejando sus heridas abiertas, alimentándose con sentimientos pobres, los cuales impiden que las lesiones cicatricen. Pero no porque no hayan sido heridas, sino porque no han sabido perdonar, comprender y transformar el dolor en amor. Vale la pena enfrentar las heridas. No seas vencido por lo malo, sino vence el mal con el bien. Cultiva tu perla!!"
Apenas lo leí, tantas cosas volvieron a acomodarse en su lugar dentro de mi ser. Porque suele pasarme que tengo ciertos sentimientos, que cuando los racionalizo llego a la misma conclusión que esto que leí. Entonces está bueno darme cuenta que no estoy tan equivocada, que si siempre pensé que las heridas y golpes de la vida me harían más fuerte, estaba en lo cierto.
Pero a veces duele ver que personas a las que uno ama no les pasa de esta manera. Son golpeados por diferentes circusntancias, y a pesar de salir eventualmente del dolor (ya sea porque han hecho el duelo, o simplemente porque lo dejan guardado y escondido dentro de ellos, lo cual tampoco es sano, ya que en algún momento, en circusntancias similares, saldrá a borbotones como señal de advertencia, para que no se arrieguen por si les pasa lo mismo), ya no son los mismos... se vuelven más duros, más racionales, más fríos y distantes... son más temerosos, aunque no lo noten ni quieran admitirlo.
Cualquier situación similar a aquella por la que pasaron, hace que inmediatamente pongan un freno a lo que podría ser... por las dudas. Muchas veces ni siquiera saben por qué lo hacen... sólo pasan a nivel racional lo que debe sentirse...
Pero la llave a todo esto es hacer lo que hace la ostra. Por cada grano de arena, cada golpe asestado a nuestro corazón, deberíamos usar todo lo que somos para "lamer" esa herida, ayudarla a cicatrizar... Es cierto que las cicatrices quedan, y eso también está bueno, porque nos ayudan a crecer y a sabernos vivos!
Cuando me hieren, cuando siento pena en mi alma (que por mi personalidad desgraciadamente no puedo ni esconder ni disimular) intento llorar todo lo que es necesario, dejando que la pena fluya despacio fuera de mí. Y es esa pena que se me va escapando que hace que después pueda sentirme más fuerte, más viva... y lo más importante, con más ganas de salir adelante, de volver a intentarlo, de seguir jugándomela por lo que creo es lo correcto, lo que me hace bien... de seguir persiguiendo mis objetivos.
Porque como siempre digo, se puede... es sólo cuestión de querer algo con todo nuestro ser para que eso ocurra. Porque también es cierto que todo ocurre por algún motivo... y si nos han herido, seguramente es para aprender, para hacernos más fuertes y menos vulnerables... para estar mejor plantados para la siguiente situación similar, con más amor para dar... y para mejorar, siempre.
Por favor, no permitas que lo que viviste, ya sea que te haya golpeado y lo hayas notado, o que simplemente lo hayas tomado como un aprendizaje y algo que debías pasar pero que ni te inmutó, o que haya sido el resultado de tu exigencia... que nada de esto te prive de animarte a seguir intentándolo, y que tu perla sea la más bella de todas, para que puedas compartirla con los que te queremos.
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viernes, 30 de julio de 2010
Acuerdos de la sabiduría Tolteca
Pufff.... imposible no escribir lo que me surgió desde tan adentro cuando leí esto. Es que... así soy yo... puro sentimiento!!
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jueves, 29 de julio de 2010
Memoria
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miércoles, 28 de julio de 2010
Y escribo porque...
http://blogdejeannie.blogspot.com/2010/02/por-que-escribo.html
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martes, 27 de julio de 2010
El miedo a perder...
Todos, de una manera u otra, tenemos miedo a perder. Cuando estamos solos, tememos perder la posibilidad de encuentros con los seres queridos, aislarnos o meternos tanto en nosotros mismos que nos volvamos huraños, solitarios, resultándonos cada vez más complicados y difíciles los posibes encuentros con gente con quien nos gustaría pasar más tiempo... porque, y si no se acuerda de mí?... pero, lo peor, es que este tipo de temor no lo tenemos a flor de piel, entonces no nos asumimos temerosos.
Cuando encontramos a alguien que nos hace sentir bien, tememos perder nuestra libertad de ir y venir como estamos acostumbrados, de no tener esa individualidad que nos caracterizó durante tanto tiempo. Tememos que ese pensar, ser y sentir de a dos nos bloquéen de tal manera que dejemos de ser nosotros. Y la lista de temores se suma interminablemente si nos ponemos a analizar bien a fondo a qué le tememos. Porque todos tenemos miedos, pero lo importante es poder analizarlos. A pesar de ser una emoción, el miedo debe ser analizado a nivel racional para poder encontrarle su por qué... eso es, si estamos interesados en encontrar la raíz del problema, y de ahí en más, trabajar para solucionarlo. Porque convengamos que la mayoría de las veces es mucho más fácil hacer de cuenta que nada nos asusta ni nos inmuta ni nos preocupa... se vive más feliz, con menos preocupaciones; pero, es eso realmente ser más feliz? Sin darnos cuenta, asumimos no tenerle miedo a nada... porque estamos bien así como estamos, pero si escarbamos un poco, enseguida podremos encontrar el temor a... tantas cosas!
Es verdad que en ningún lado está escrito que la felicidad está en uno (aunque intentan machacarnos que es así como debe ser: primero debo ser feliz yo con mí mismo para después poder hacer feliz a otro; debo amarme yo primero para después poder amar a otro). Tampoco está escrito que es parte de la vida del hombre decidir compartirla con una pareja... porque es la que nos ayuda a poder sentirnos realizados como personas (aunque a diario también intenten machacarnos que uno debe ser fuerte, que debe aprender a convivir con su soledad, que es la mejor compañera. Y sin lugar a dudas lo es cuando muy desde adentro nos sentimos acompañados, aunque la presencia física no esté en ese momento, algo MUY distinto a sentirse solo, que puede muy bien estar sucediendo estando con alguien). Ni tampoco está escrito que el estar en pareja implica total y completamente perdernos a nosotros mismos por estar con otra persona. Muy por el contrario... es un estar de a dos de a ratos, pero también estando solo otros ratos.
Un queridísimo amigo mío, Ariel, escribió esto en su muro de Facebook, y se lo robé para traerlo acá, porque me encantó lo que escribió. Dice así:
"Es increíble el temor reverencial que le tenemos los hombres a las mujeres, y cuán pocos lo asumimos... La teoría del colonizador y el colonizado viene al pelo, donde el colonizador convence al colonizado de su inferioridad porque en realidad le teme... es el eje de la paranoia masculina ante el poder incalculable del género al que, se supone, dominamos... Despertemos de una vez, hermanos! Ellas mandan...y nos gusta."
Debemos admitir que las mujeres tenemos otra naturaleza, distinta de la de los hombres. Nuestra reisitencia, tanto física como emocional, es también mucho más fuerte o potente. Los cambios que se han ido sucediendo a nivel cultural y social, han hecho que podamos manejar una empresa, cuidar a los hijos, estudiar, y aún así tener tiempo para nosotras. Y esto es algo a lo que los hombres le huyen, por esa incapacidad que tienen de entender que esto es posible para nosotras, y que de ninguna manera nos hace mejor que ellos, simplemente distintas. Y porque somos distintas, es que está bueno que, como hizo Ari, más de uno se cuestione qué le está pasando que decide seguir solo en la vida. Justamente por ese temor a perder, es que se elige la solución más rápida y fácil que es la de no comprometerse y mirar todo desde afuera. No se animan al cambio que implicaría pensar de a dos, estar, dejarse llevar por la piel y los sentimientos... porque sería toda una adpatación que no es necesaria... O por lo menos eso es lo que creen, que no es necesario sentirse querido y necesitado por otro fuera del núcleo familiar, de esa manera tan especial en que se mima, se cuida y se protege a quien se ama por decisión propia.
Pero quedándome con lo que dijo Ari, a pesar de no estar de acuerdo en que somos nosotras las que mandamos, ya que todo siempre se hace de a dos, el que se haya reconocido temeroso es un paso gigantesco en el camino a buscar sentirse bien y querer estar mejor de lo que está. Porque creo que como con todo lo que nos pasa en la vida, es una cuestión de descubrirnos, asumirnos y después buscarle una solución. Y por eso... no nos teman... mejor acompañen, porque como dice Pappo, "Nada como ir juntos a la par!"
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lunes, 26 de julio de 2010
Dejando huellas
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domingo, 25 de julio de 2010
Mi propia incapacidad
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El amor negativo y la curación emocional
El amor negativo es la evidencia de la persona de sentirse indignada de ser amada, que viene de haber sentido que sus padres no lo reconocieron como quien era realmente, sino que se dedicaron a educarlo como quien debía ser.
Desde ahí la persona se desconecta de su propio ser y empieza a trabajar -desde muy chico-, para satisfacer las expectativas de los padres o, si sufrió mucho en la infancia, para rebelarse y ser lo opuesto a aquello que se esperaba de él.
Tal vivencia genera una paradoja emocional: "soy querible en tanto no sea quien soy y sea lo que los demás esperan de mí".
Tal condición queda grabada en el plano emocional y hace que, en nombre del amor, las personas se sometan a los demás, acepten chantajes para ser amados y se dejen manipular. O bien, nunca se dejen amar, no pudiendo mantenerse en el tiempo con una pareja.
Estas personas realmente creen que no son merecedoras de un amor positivo, muchas veces subestimándose y no creyéndose lo suficientemente capaces de amar y ser amados, porque no saben cómo, nadie les enseñó, y prefieren no arriesgarse a modo de evitar el sufrimiento. De este modo, la racionalización de todos sus actos y sentimientos es usada como mecanismo de defensa.
Esas personas sienten que sus propias sabidurías son algo de lo que se debe descreer, y que sólo lo que sabe el otro es valorable, porque los otros suelen ser colocados en un lugar más alto del que se encuentran ellos.
De esta forma es como somos entrenados en vivir mal. La idea de paternidad está aprendida y se copia de los propios padres, se transmite de generación en generación. De esta manera, suelen ser la fiel imagen de sus padres o bien optan por no ser padres en absoluto, lo cual les queda como asignatura pendiente, interfiriendo en sus posibles relaciones siguientes, al racionalizar una ausencia que desconocen como tal.
El adulto mira al niño como alguien que no sabe nada y a quien hay que educar. No se mira al chico como a un ser que llega a este mundo sabiendo muchísimo y que lo único que no sabe es el código para expresarlo.
Como eso no es tomado en cuenta, se "graba" el rechazo al propio ser. En la vida adulta, para recuperar la conexión con uno mismo, lo primero es tomar conciencia de que todo aquello que es negativo para la propia vida fue aprendido.
Claro que abrirse a los recuerdos implica dar paso a un cúmulo de emociones que en nuestra cultura son definidos como "negativas": la rabia, el dolor, la culpa, el odio, la venganza... vivencias que un niño experimenta cuando se siente maltratado o no tomado en cuenta, pero que muy pocas veces puede expresar.
Aprendemos desde muy chicos a reprimir emociones. Pero cuando se liberan, vuelven los recuerdos y la persona empieza a darse cuenta de que, en realidad, todo lo que le pasa en su vida adulta, lo que se repite o le ocurre a pesar de sí mismo, fue aprendido de los padres, desde la concepción hasta la pubertad.
Toda persona cuenta con cuatro aspectos: lo intelectual, lo emocional, lo espiritual y lo corporal.
El intelecto siempre necesita experiencias viejas para saber como seguir. En cambio, nuestra parte emocional, la espiritual y nuestro cuerpo tienen mensajes, idiomas, percepciones rápidas y adecuadas para todas las situaciones desconocidas, que nos hacen sentir seguros.
Sin dejar al intelecto afuera, sino ocupando su justa proporción, necesitamos recuperar los tres aspectos que están relegados e integrarlos en una quadrinidad en la que cada uno aporte la información y los recursos necesarios para conformar un ser íntegro, poderoso y amoroso.
Este trabajo de integración requiere un fuerte hincapié en la apertura de lo emocional, que también es el camino hacia lo espiritual.
Cuando la persona recupera ciertos derechos, por ejemplo el derecho a enojarse por aquellas cosas que le hicieron daño, recupera el derecho a autoafirmarse en la vida, porque la rabia es una emoción muy saludable para los seres humanos en tanto pone límites y ayuda a avanzar, a ser audaz, a despegar.
Lo que nos asusta de la rabia son las formas inadecuadas de expresión; pero habitualmente se termina reprimiendo la emoción y no las formas inadecuadas, porque los padres no conocían otras formas.
Cuando la persona recupera esos derechos, ocurre que de pronto está integrado y eso no es algo muy difícil. Lo emocional no es elaborativo, así que no necesita meses ni años de maduración: necesita "ver".
A diferencia de nuestro intelecto, que precisa tiempo para comprender, analizar, elaborar... lo emocional se manifiesta continuamente, y la grabación que produce el rechazo del propio ser está en el plano emocional.
Allí donde se abre la experiencia emocional, la persona empieza a recibir mensajes de qué le pertenece y qué no, qué fue aprendiendo y qué no. Así nos damos cuenta de quiénes no somos, rompemos con una serie de creencias, prejuicios y valores mal entendidos y desde lo emocional captamos que somos seres amorosos, dueños de un amor sin condiciones, con una capacidad de compasión y perdón para los demás y para nosotros mismos que nos hace muy poderosos."
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sábado, 24 de julio de 2010
Razón vs Sentimiento
Las cosas del corazón, los sentimientos, estar con alguien... nunca deberían ser cosas que se analicen con la razón. Sin embargo, hay personas a quienes eso les pasa y naturalmente, lo que sale como resultado después no es lo que debería estar pasándoles.
Cuando la razón comienza a analizar el por qué de nuestros sentimientos y de las acciones que éstos nos llevan a hacer, nos paralizamos.... comienzan los miedos, los justificativos del por qué no deberíamos hacer tal o cual cosa... nos comparamos con el otro y descubrimos nuestras propias falencias. De pronto, por temor a que nos descubran cómo somos (por alguna maquinación interna que hace que tengamos una bajísima autoestima y creamos que no somos lo suficientemente buenos para esa persona, que podríamos lastimarla, que se deslusionaría cuando conozca a nuestro verdadero yo, y como resultado, seríamos nosotros quienes saldríamos lastimados de esta relación, porque creemos que la otra persona no toleraría lo que descubriría; porque nos escudamos en ese malhumor y enojo que creemos sentir porque estamos con alguien dejándonos llevar por lo que sentimos y al racionalizarlo lo atribuímos al no poder ni querer estar en pareja cuando en realidad ese enojo surge como mecanismo de defensa ante la percepción que tenemos de nosotros mismos de no ser lo suficiente para la otra persona que es tan maravillosa, con tanta experiencia de vida que no nos toleraría y nos abandonaría en el camino)... por este temor, nos resguardamos de sentir, y analizamos todo... y en este análisis descubrimos que se sentía tan lindo sentir y dejarse llevar por la piel, pero que no nos podemos dar ese lujo... Así que mejor terminar todo ahora, antes que alguien salga herido, porque creemos que lo que somos no es suficiente para el otro, que en algún momento descubrirá que no somos como nos recuerda del pasado, que lo que éramos en potencia en ese entonces, quedó sólo en la posibilidad de ser, pero no llegamos a explotar todo nuestro potencial... y la desilusión podría ser tan grande para la otra persona, que sin lugar a dudas nos dejaría... y eso nos dolería, así que mejor la cortamos ahora, así nadie sufre.
Sin embargo, cuando la emoción se apodera de tu alma a la hora de estar con alguien, uno es puro sentimiento! Te dan ganas de estar con esa persona, te animás a ser vos, sin miedo a que te juzguen (porque lo que sos hoy es lo que esa persona está viendo con sus ojos y su alma... ningún recuerdo del pasado sino todo lo que tiene frente a sus ojos), te permitís salir de esa postura acartonada, estructurada y legislada que tenés en tu vida. Cuando te dejás llevar por lo que sentís, se te nota en la mirada, esas ganas de hacer, ser, sentir, estar... si cada momento que pasás con esa persona es lindísimo. te vienen aires de cambio, de renovación, sentís como el viento te despeina, y te dejás llevar.
Y es cierto... te empiezan a dar ganas de estar más tiempo, de compartir más cosas y momentos... uno de pronto siente que los pies se te despegan de la tierra y sentís que volás. Y ya no existen ni tiempos ni lugares, simplemente te dejás llevar y te sentís libre... esa sensación de libertad, de "todo lo puedo", de pronto se apodera de cada fibra de tu ser... y te dejás llevar (sólo hasta que, obvio, dejás que tu raciocinio te venza). Y la ansiedad, ese sentimiento tan positivo en algunas ocasiones pero que puede destruirte en un instante en otros momentos... esa ansiedad hace que tengas ganas de estar (como también puede hacer que el otro se sienta ahogado y oprimido, que lo estás apurando, por lo que deberíamos saber cómo manejarla, algo que puede hacerse y controlarse, pero nunca dejando de sentir a flor de piel cada palabra, mimo, beso tuyo ... te hace bien sentir... te descubriste capaz de volver a vivir, te diste cuenta que no estabas muerto, que aún tenés tanto para dar. Pero el miedo? El miedo también es un sentimiento... y sí las cosas no salen bien...? El miedo aparece cuando comenzamos a racionalizar lo que sentimos... no deberías tener miedo a equivocarte, no deberías temer a jugártela... porque vale la pena, siempre lo vale!
Porque ... si te encantó la sensación de volar... pero la realidad te dice que no debés hacerlo... hay que poner los pies sobre la tierra y quedarse ahí estancadito...?? No, la vida te da revancha para que lo intentes, y no deberías asustarte... qué es lo que tenés dentro tuyo que creés que es menos que yo? Qué te hace pensar que te dejaría cuando vea como sos? Yo te veo como sos HOY, no por lo que fuiste, y es de eso de lo que estaba empezando a enamorarme... de vos hoy, con tu sonrisa, con nuestros diálogos, los momentos compartidos, porque primaron la emoción y los sentimientos... la razón no juega nada acá... cuando entra en juego, es que se tapan los sentimientos, nos volvemos acartonados, estructurados y no nos permitimos ser felices. Vos mismo lo dijiste... si empezamos a racionalizar e intelectualizar todo lo que vivimos, podemos estar 50 días analizando lo mismo, y nunca llegaríamos a ninguna conclusión verdadera... seguiríamos dando vueltas sobre lo mismo eternamente. Y por esto mismo es que deberías dejar que la piel, tu interior, tus sentimientos, se apoderen de vos en este momento... y dejar que las cosas sean, que fluyan... que pase lo que tenga que pasar, que te permitas sentir sin el miedo a lo que vendrá, pero viviendo el ahora, porque lo que tenga que ser, será... siempre es así. No debemos racionalizar los temas del corazón, porque sólo nos llevarán a quedarnos solos, dejando pasar de largo a quien quizás era la persona que cambiaría para siempre nuestra vida, quien nos haría sentir eso que tantas veces vimos que les pasaba a los otros pero que nosotros no nos animamos a tener.. Y cuando digo "cambiaría nuestra vida" no estoy hablando de cambiar porque lo que teníamos no nos agradaba... es un adaptarse, es un sumar, un ganar... porque cuando uno ama, cuando uno siente... siempre se gana!
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viernes, 23 de julio de 2010
Otro cachetazo
Es increíble como las situaciones se repiten... que así como hace unos días escribí que está buenísimo que la vida nos dé revancha... que lo que no pudo ser en el pasado fue por algo, pero que vuelve en el hoy a hacer piel... y que entonces el hoy es tan maravilloso...
Sin embargo hoy no puedo soportar mi HOY... este presente que me acaba de cachetear... que me cerró la puerta a lo que hace instantes era todo...
Por qué las personas no pueden ser directas...? Por qué esa necesidad de decir las cosas a medias...? Ese "no sos vos, soy yo... vos sos puro corazón... tenés un corazón de oro...pero hoy no puedo embarcarme en una pareja... darte lo que necesitás... Vos necesitás alguien que esté pendiente de vos, que te cuide... y yo no puedo..."
Es necesario decir todo esto? Cómo sabe el otro qué es lo que yo necesito? Dónde está escrito que porque tuve una pareja de casi 15 años con quien fuera el padre de mis hijas, tengo más experiencia en la vida de pareja...? Dónde está escrito como ley que soy más que vos?
Quizás entonces no todo es tan así como vos decís... no valgo lo que decís que valgo para vos... te tirás abajo... no creés en vos mismo ni en lo que podrias llegar a dar y sentir y ser... con un otro a tu lado...
No puedo tolerar ese miedo a involucrarse, porque en experiencias pasadas te lastimaron... ambos sufrimos mucho... y uno se levanta y sigue... y acepta los desafíos... y sí que éste sería uno... pero te acobardaste, por permitir que tus cabeza se imponga sobre tus sentimientos... la estructura de vida que sin lugar a dudas tenés, y que no te interesa cambiar...
Pero no me digas que necesitás ver esto desde afuera... darte cuenta de lo que te perdiste... y mientras tanto seguir estando en mi voda... como mi amigo...
Me reconozco ansiosa... me reconozco torbellino... y hoy un amigo me dijo... sos una gran mujer, pero todavía no supiste cómo lidiar con tu soledad... es que no me gusta mi soledad!! La disfruto cuando estando en pareja, estoy sola... es como cuando mis hijas se van con el padre por unos días, o por un rato... disfruto del recreo en nuestra relación...
Pero también me reconozco vulnerable... me reconozco débil, a pesar de lo fuerte que demuestro que soy... es simplemente que le he puesto el pecho a todos los golpes de la vida... porque seguí adelante luego de caerme y llorar mucho... porque quiero seguir viva... porque sé que puedo amar sin medida...
UUUFFFF... me fui por las ramas... sólo quería escribir que de un momento para el otro la vida te puede asombrar de las maneras más insóloitas, como lo hizo conmigo cuando volviste a aparecer en mi vida después d etanto tiempo, y hacerte volar, y sentir que todo lo podés, y descubrirte vivo nuevamente, con ganas de tantas cosas, dejándote llevar por tu ser interior, por tus sentimientos... pero también la vida, así, de pronto, sin previo aviso, te puede dar un cachetazo que te deja boyando... sin saber qué te pasó... deseando poder encotrarle el por qué...
Y sólo puedo hacer un mea culpa... y descubrir que mi emocionalidad, esa que me pediste que dejara fluir, que no racionalizara ninguna situación, justamente toda esa piel es la que me llevó a un final no anunciado, demasiado pronto... por tu miedo a intentarlo, por tus estructuras y preconceptos tan fuertes... y porque me transformé en un huracán que te sacudió... que te hizo volar según tus propias palabras, pero que no te alcanzó, porque preferiste poner nuevamente los pies sobre la tierra pero sacando todo lo emocional y sólo usando tu cabeza... el tiempo me dará la razón, como siempre lo ha hecho... (y no lo digo por agrandarme, pero sé de qué te estoy hablando, vos que decís que tanta experiencia tengo... y nunca me equivoqué en esto... y de quienes pensé que se arrepentirían, siempre me fue así...)... y lamento que tenga que ser así... pero ves? Estoy respetando tus tiempos... tus espacios... dejándote que te des cuenta al mirara para atrás que SÍ se podía y que era sólo una cuestión de animarse... porque lo vas a descubrir... y qué bueno que me lo vas a decir si así fuera... o si fuera todo lo contrario... porque ante todo, la honestidad... y porque sabés que nunca te voy a decir... "viste? yo te lo dije".
Tiempo... eso es todon lo que necesitamos... tiempo en todo sentido... hubiéramos necesitado tiempo para demostrarnos que sí se puede... estando juntos... ahora necesitamos tiempo también para descubrir que se puede, aunque estando separados... y duele... y por eso mi hoy es tan duro de soportar... y acá estoy, recibiendo otro cachetazo de esta vida que con tanta fuerza intento vivir día a día... a la espera del mimo, que seguramente vendrá...
Publicado por Jean en 14:45 2 comentarios