Los instantes perdidos son irrecuperables.
La vida puede ser vivida, o transformarse en un simulacro. Puede ser un simple transitar sin emociones, o sentida a cada instante. Puede ser serena, puede ser competitiva. Puede ser alegre, puede ser triste, pero siempre es irrecuperable.
Rabindranath Tagore, poeta indio, decía: "Si de noche lloras porque se ha ido el sol, tampoco podrás ver las estrellas".
El ser humano, eternamente insatisfecho, padece cuando no tiene nada y también padece cuando tiene demasiado. No quiere conservar sus bienes para disfrutarlos, sino
Rabindranath Tagore, poeta indio, decía: "Si de noche lloras porque se ha ido el sol, tampoco podrás ver las estrellas".
El ser humano, eternamente insatisfecho, padece cuando no tiene nada y también padece cuando tiene demasiado. No quiere conservar sus bienes para disfrutarlos, sino
mantenerlos para acrecentarlos. Buscar eternamente alcanzar aquello que aún no tiene, pero en el intento de conseguirlo, se olvida de disfrutar de lo que ya tiene y es presencia en su vida, como lo familia, las amistades, la pareja, los hijos... que, en definitiva, son lo más importante que tiene el ser humano, ya que es en todas estas personas, y en aquellas con las que compartimos diferentes momentos de la vida, en quienes vamos dejando nuestro legado, sobre las cuales vamos dejando nuestro impacto de buenas acciones y el amor que les brindamos. Dejando huellas... a cada instante...
Si alguien es demasiado amado, se siente atosigado. Si nadie lo ama, se siente desgraciado y solo. Cuando está con una persona, añora otra presencia. Cuando está en alguna parte, quisiera estar en otra.
Tantas veces el valor lo obtiene lo que se ha perdido. Tantas veces lo largamente anhelado aburre y desespera.
Si alguien es demasiado amado, se siente atosigado. Si nadie lo ama, se siente desgraciado y solo. Cuando está con una persona, añora otra presencia. Cuando está en alguna parte, quisiera estar en otra.
Tantas veces el valor lo obtiene lo que se ha perdido. Tantas veces lo largamente anhelado aburre y desespera.
¿Hasta cuándo?...
¿Hasta cuándo dejaremos escapar lo que tenemos buscando lo que tampoco disfrutaremos?
¿Y hasta cuándo seguiremos pensando que es tarde, que ya no hay oportunidad?
Vivamos el momento, planifiquemos a futuro con aquellas personas que son presencia y nos llenan en el hoy, construyamos lo que anhelamos para el mañana sobre la base sólida de lo que hemos conseguido hoy, disfrutemos lo que tenemos; y nunca, pero nunca, olvidemos que el único tiempo que podemos perder es el que todavía no ha llegado.
El resto es pasado.