domingo, 26 de septiembre de 2010

Y a veces....

... siento que no me importa nada.
... no quiero más seguir siendo paciente.
... siento que mi frontalidad no me lleva a ningún lado.
... dejo de pensar en positivo y pierdo de vista mis objetivos.
... tengo pánico de perderte.
... deseo que el amor crezca por fin en tu corazón.
... quiero dejar de lado las decepciones anteriores y seguir creyendo.
...  tengo miedo al dolor.
... quisiera poder abrazarte por siempre y alejar nuestros miedos.

Pero muchísimas otra veces...
... te sigo esperando.
... te sigo extrañando.
... sigo creyendo en mi misma y en vos.
... creo que esto es lo verdadero.
... sé que soy feliz.
... sé que esto ES.
... te necesito.
... soy paciente.
... no me rindo.
... quiero volverme vieja a tu lado.
... no tengo miedo al fracaso.
... me animo a seguir jugándomela porque veo lo que hago en vos.
... te sigo queriendo.
... mis objetivos están más claros que nunca.
... sé que nuestros tiempos coincidirán.
... veo que cada día a tu lado aprendo algo nuevo.
... me redescubro, encontrando algo de mí que estaba tan olvidado.
... siento la paz estando con vos.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Reflexiones


En algún lado, mientras buscaba información en la Net para el cole, encontré esta cita... "El mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no puede sacarse del corazón".
Y me quedó picando, porque la sentí como tan verdadera, que a pesar de intentar dejarla de lado, no pude más que volver a ella una y otra vez.
Sé que más de uno dirá... "bue, no es para tanto... es una simple reflexión", lo cual quizás sea cierto para algunas personas. Pero para mí es mucho más que eso. Cuántas veces he intentado no pensarte...? Y cuántas veces lo he logrado? Casi nunca! Solés ocupar una gran parte del día en mis pensamientos, porque ocupás una gran parte de mi corazón..
El ser humano es un todo, formado por una parte física, otra mental/racional, y otra psíquica/emocional. A pesar que intentamos muchas veces tomar sólo una parte, siempre nos econtramos que somos un todo, que no podemos separar a nuestro antojo. Cuando estamos bien emocionalmente, nuestro cuerpo funciona de una manera alucinante. Cuando estamos mentalmente tranquilos y estables, nuestro cuerpo y nuestras emociones parecen estar en orden, y en su plenitud.
Somos un engranaje que funciona haciendo que sus partes se combinen de diferentes maneras, siempre en pos de lograr el bienestar, el equilibrio físico-mental-emocional... y es así, no hay vuelta de hoja aquí.
Y eso es algo que noto en mi... cuando estoy bien emocionalmente, mi cabeza no se dispara a analizar de más nada que no sea necesario... y mi cuerpo responde, como por ejemplo cuando estoy jugando al hockey, de una manera impensable para mí a esta edad, me siento como una nena de veintitantos años, corriendo por toda la cancha y llegando a bochas que jamás pensé que alcanzaría. Como también me pasa que suelo ser de reacción emocional ante todo lo que me pasa, desde un sms hasta algo bien grosso, por lo que reacciono como me sale, sintiendo impotencia, bronca, felicidad... de todo puede pasar. Pero al analizar lo que disparó esa emoción, ya no con el cuore sino con la cabeza (Sí! A veces también pienso y racionalizo!!) me doy cuenta que mi reacción fue innecesaria, que me produjo quizás un malestar que no debería haber estado ahí, que a su vez también repercute en mi cuerpo. Por eso cada día intento seguir aprendiendo a sentirme como un todo.. pero imposible dejar de lado las emociones, porque como en cualquier todo, las partes no siempre coupan el mismo porcentaje, sino que varían de acuerdo con la circunstancia.
Son muchas las personas que miran sólo una parte de la situación, o de quien tienen en frente, logrando de esa manera perderse de lo lindo que es poder apreciar el todo, que en definitiva es lo que hace que lo que estamos viviendo sea justamente un momento inolvidable, por más pequeño e insignificante que parezca.
Por eso, no te esfuerces por querer sacar a alguien de tu cabeza, si está instalado/a en tu corazón... simplemente dejá que lo que sentís se apodere de lo que tu cuerpo y cabeza desean hacer. De esa manera, vivirás la vida más plenamente... dejando de lado miedos, preocupaciones, inseguridades, dolencias, penas, dudas... dejemos que nuestro cuerpo, cuore y cabeza puedan funcionar como un todo!

sábado, 18 de septiembre de 2010

Hay momentos....


Nuestras vidas están hechas de una sucesión de momentos... momentos de pasión, de tranquilidad, de euforia y de tristeza; momentos de calma, de furia, de bronca y de paz; momentos de agradeciemiento, de movimiento, de cansancio y de expectación. 
Hay otros momentos en que quizás pensemos que no está pasando nada... o que quizás está pasando demasiado, y no sabemos qué hacer para poder procesar todo eso.
Pero son siempre momentos... los cuales muchas veces no sabemos valorar como importantes para hacernos ser lo que somos y como somos.
Solemos transitar este camino siempre poniendo demasiada energía en querer llegar a la meta, en intentar lograr nuestros objetivos, en poder cumplir nuestros proyectos. Y esto a veces hace que nos perdamos de darnos cuenta del valor que tienen algunos de los pequeñísimos momentos que estamos vivenciando.
Tanto nos preocupamos por ser respetados, exitosos, que nos acepten... que dejamos pasar, casi sin darnos cuenta, a personas que hacen la gran diferencia en nuestra vida.
Otras tantas veces el no tomar en cuenta a estas personas y estos momentos se debe a que tenemos miedo a cambiar nuestras estructuras, tememos alejarnos del camino que nos habíamos planificado para seguir y así poder alcanzar nuestras metas.
Pero por suerte he aprendido que, a pesar de tener objetivos claros, lo más importante es disfrutar el trayecto, y en ese disfrutar de esos pequeños momentos, descubrir que quizás si determinadas personas entran a nuestra vida, si de repente alguien decide transitar parte de nuestro camino juntos, no es por casualidad. Están ahí para hacer el trayecto mucho más llevadero, para que aprendamos algo de llos, para poder enseñarles algo... y de ninguna manera implica que nos alejamos de lo que ansiamos. Simplemente estamos caminando a otro ritmo, aunque en la misma dirección.
Y también puede ocurrir que son estos momentos los que se nos presentan para demostrarnos que lo que originariamente había sido un lugar o estado al cual queríamos llegar, un proyecto que deseábamos cumplir, no es el que realmente nos está haciendo falta... porque no es lo mismo lograr todo lo que necesitamos a lograr todo lo que queremos. Cuando deseamos algo con toda nuestra alma, dependerá de nosotros poder llegar a eso... pero, deseamos siempre lo que es mejor para nosotros?
Por eso... miremos a nuestro alrededor, tomémonos el tiempo para disfrutar de cada momento, de cada persona, de cada situación que se nos presenta en el día a día... eso nos ayudará a ser menos estructurados, pero por sobre todo a disfrutar esta vida tan rica en experiencias que se nos regaló al nacer para hacer lo mejor que podamos de ella.
Momentos... de alegría, de incertidumbre... momentos de necesidad del otro, de alejamiento y ostracismo... momentos, momentos, y más momentos... Aprendamos a disfrutarlos y a sacar lo positivo que cada uno de ellos tiene, porque para lo negativo, uuuffff... ya está lleno el mundo de eso, no permitamos que entre en nuestra vida, porque no sirve.