sábado, 31 de julio de 2010

Las heridas



A medida que va transcurriendo nuestra vida, son muchas las situaciones que nos producen felicidad, sosiego, alegría, sentirnos amados y cuidados... como también hay tantísimas otras que vienen cargadas de dolor, pena, sufrimiento, amargura. De todas y cada una de ellas aprendemos algo... o por lo menos así debería ser, porque de eso se trata la vida: de vivirla lo más intensamente posible. Y en esa intensidad son nuestros sentidos y sentimientos los que nos hacen sentir vivos, a pesar de los malos tragos.
Me gustaría mucho compartir este mensaje de la ostra y cómo produce ella sus perlas, que me mandó un amigo en un mail. Dice así:

"Una ostra que no ha sido herida, no puede producir perlas. Las perlas son producto del dolor, de la entrada de una sustancia extraña e indeseable al interior de la ostra, como un parásito o un grano de arena. En la parte interna de la ostra, se encuentra una sustancia lustrosa llamada nácar. Cuando entra un grano de arena, las células de nácar comienzan a trabajar y cubren el grano de arena con capas, y capas, y más capas de nacar para proteger el cuerpo indefenso de la ostra. Una ostra que no haya sido herida de algún modo no puede producir perlas, porque la perla es una herida cicatrizada. 
Te has sentido herido por palabras hirientes? Has sido acusado de decir cosas que nunca dijiste?
Tus ideas fueron rechazadas o mal interpretadas? O quizás fueron tomadas por alguien y usadas como propias?
Has recibido golpes de quiénes adquieren ideas preconcebidas indebidamente?
Has sido objeto de una indiferencia?
Has tenido una pena de amor por no haber sido correspondido? 
Entonces... produce una perla!!!! Muchas personas sólo aprenden a cultivar resentimientos, dejando sus heridas abiertas, alimentándose con sentimientos pobres, los cuales impiden que las lesiones cicatricen. Pero no porque no hayan sido heridas, sino porque no han sabido perdonar, comprender y transformar el dolor en amor. Vale la pena enfrentar las heridas. No seas vencido por lo malo, sino vence el mal con el bien. Cultiva tu perla!!"

Apenas lo leí, tantas cosas volvieron a acomodarse en su lugar dentro de mi ser. Porque suele pasarme que tengo ciertos sentimientos, que cuando los racionalizo llego a la misma conclusión que esto que leí. Entonces está bueno darme cuenta que no estoy tan equivocada, que si siempre pensé que las heridas y golpes de la vida me harían más fuerte, estaba en lo cierto.
Pero a  veces duele ver que personas a las que uno ama no les pasa de esta manera. Son golpeados por diferentes circusntancias, y a pesar de salir eventualmente del dolor (ya sea porque han hecho el duelo, o simplemente porque lo dejan guardado y escondido dentro de ellos, lo cual tampoco es sano, ya que en algún momento, en circusntancias similares, saldrá a borbotones como señal de advertencia, para que no se arrieguen por si les pasa lo mismo), ya no son los mismos... se vuelven más duros, más racionales, más fríos y distantes... son más temerosos, aunque no lo noten ni quieran admitirlo.
Cualquier situación similar a aquella por la que pasaron, hace que inmediatamente pongan un freno a lo que podría ser... por las dudas. Muchas veces ni siquiera saben por qué lo hacen... sólo pasan a nivel racional lo que debe sentirse...
Pero la llave a todo esto es hacer lo que hace la ostra. Por cada grano de arena, cada golpe asestado a nuestro corazón, deberíamos usar todo lo que somos para "lamer" esa herida, ayudarla a cicatrizar... Es cierto que las cicatrices quedan, y eso también está bueno, porque nos ayudan a crecer y a sabernos vivos!
Cuando me hieren, cuando siento pena en mi alma (que por mi personalidad desgraciadamente no puedo ni esconder ni disimular) intento llorar todo lo que es necesario, dejando que la pena fluya despacio fuera de mí. Y es esa pena que se me va escapando que hace que después pueda sentirme más fuerte, más viva... y lo más importante, con más ganas de salir adelante, de volver a intentarlo, de seguir jugándomela por lo que creo es lo correcto, lo que me hace bien... de seguir persiguiendo mis objetivos.
Porque como siempre digo, se puede... es sólo cuestión de querer algo con todo nuestro ser para que eso ocurra. Porque también es cierto que todo ocurre por algún motivo... y si nos han herido, seguramente es para aprender, para hacernos más fuertes y menos vulnerables... para estar mejor plantados para la siguiente situación similar, con más amor para dar... y para mejorar, siempre.
Por favor, no permitas que lo que viviste, ya sea que te haya golpeado y lo hayas notado, o que simplemente lo hayas tomado como un aprendizaje y algo que debías pasar pero que ni te inmutó,  o que haya sido el resultado de tu exigencia... que nada de esto te prive de animarte a seguir intentándolo, y que tu perla sea la más bella de todas, para que puedas compartirla con los que te queremos.

viernes, 30 de julio de 2010

Acuerdos de la sabiduría Tolteca


Hace unos días me llegó esto a mi casilla de mails... y lo releí varias veces, antes de decidirme a escribir algo sobre ello en mi blog. La razón...? Simplemente que me parecía tan cierto y claro que sentía que no había nada más para agregar. Y por eso, hoy, lo estoy copiando.. pero conociéndome, imposible no acotar algo!

"Los Acuerdos o preceptos de la Sabiduría Tolteca son cuatro:
1- NO SUPONGAS
No des nada por supuesto... si tienes duda, aclárala. Si sospechas, pregunta... Suponer te hace inventar historias increíbles que sólo envenenan tu alma y que no tienen fundamento.
Cuántas veces hemos hablado ya de esto, no? Y es verdad que tiendo a no preguntar sino a esperar que la otra persona comparta hasta donde quiere, o puede, porque siento que de esta manera no estoy siendo invasiva. Pero también es muy cierto que uno debe aprender a preguntar cuando tiene alguna duda, que si hay algo que no entiende (sea en la circunstancia o situación que fuere), debemos animarnos a preguntar, a cuestionar, a indagar... pues es ésta la única manera de no construir castillos en el aire, de no presuponer que si se dijo tal o cual cosa, necesariamente implica tal o cual otra, porque al hacerlo, estaríamos involucrando NUESTRA experiencia y vivencia a lo que es o fue la experiencia y vivencia de un OTRO. Por eso, en mi aprender diario, estoy aprendiendo a preguntar y a no suponer nada... lo cual a veces me hace pasar por inocente en extremo, pero es mucho mejor que luego darse de lleno contra una pared de concreto.

2- HONRA TUS PALABRAS
Lo que sale de tu boca es lo que eres tú. Si no honras tus palabras, no te estás honrando a tí mismo; y si no te honras a tí mismo, no te amas. Honrar tus palabras es ser coherente con lo que piensas y con lo que hacés. Eres auténtico y te hace respetable ante los demás y ante tí mismo.
Más cierto que esto... creo que no hay. Mal ese dicho popular: "Haz lo que yo digo mas no lo que yo hago". Es muy importante para sentirnos realizados como personas, plenas, ser coherentes en nuestras acciones con lo que somos. Pero a este "ser", no sólo le incluyo el pensamiento y las acciones, sino también los sentimientos, las emociones, nuestro ser más íntimo.  No todo debe racionalizarse, está muy bueno dejarse llevar por lo que sentimos, por esa piel con el otro, que de ninguna manera será ir en contra de lo que somos. Pero sí puede pasar que a veces decimos cosas que hemos racionalizado, cuando la totalidad de lo que somos como personas no es sólo la cabeza... y dentro de nuestro corazón y en nuestro cuerpo, las emociones, sensaciones y sentimientos chocan con lo que son nuestros pensamientos. Convengamos que hay situaciones en que sólo el intelecto y raciocinio debe primar... pero en lo que es la vida misma, con sus relaciones, intercambios, comunicaciones... en ese caso, debemos dejar fluir lo que el alma y el cuerpo desean... porque NO se equivocan.

3- HAZ SIEMPRE LO MEJOR
Si siempre haces lo mejor que puedes, nunca podrás recriminarte ni arrepentirte de nada.
Cuántos hay que van por la vida conformándose con lo que son? Lo que muchos no entienden es que la vida es un aprendizaje constante... de cada situación, de cada persona con la cual compartimos algún momento, de TODO se aprende algo... a conocernos mejor, a entendernos, a querernos, a saber qué queremos y deseamos, a plantearnos nuevos objetivos y metas... Por esto, si siempre hacemos lo mejor que podemos, si en cada relación damos lo mejor de nosotros mismos, si en cada situación que nos toca vivir, somos plenamente nosotros, no habrá forma de arrepentirnos por lo que hayamos hecho, porque lo habremos hecho desde el sentimiento, desde lo que somos en nuestra fibra más íntima... y cómo arrepentirnos si fuimos nosotros? Imposible!

4- NO TE TOMES NADA DE MANERA PERSONAL
Ni la peor ofensa, ni el peor desaire, ni la más grave herida. En la medida en que alguien te quiere lastimar, en esa medida se lastimará a sí mismo. Pero el problema es de él, no tuyo. 
Cuando alguien nos habla de mala manera, cuando sentimos que ha sido hiriente, o soberbio o mala gente, lo que debemos entender y aceptar es que esa persona es así porque de otra manera no sabe ser; que lo que haya dicho, a pesar de ser algo que quizás haya "masticado" lo suficiente como para decirlo o ya sea que lo haya hecho desde la bronca o la impotencia de la circunstancia, lo importante que debemos entender es que esa agresión, desaire, bronca... lo que fuera... no ha sido en contra de nosotros como personas. Ese famoso "no sos vos, soy yo" es lo que debemos empezar a aceptar como tal, porque es verdad: son ellos los incapaces de involucrarse, de abrirse, de dejarse llevar por lo que sienten; son ellos los que no pueden afrontar determinadas pruebas que la vida les va poniendo en el camino; son ellos los que al no saber cómo hacer tal o cual cosa, se retraen y vuelven a la seguridad de su rutina diaria, porque es más fácil que animarse a más... Y no somos nosotros los que les provocamos este miedo, o bronca, o impotencia o no poder o no querer... son ellos. Así que, si me hieren, es porque no saben hacerlo de otra manera; si me abandonan, es porque es cierto que son ellos los que no pueden sostener nada en el tiempo; si deciden seguir por su propio camino, en soledad, soy demasiada buena compañía para ellos...

Pufff.... imposible no escribir lo que me surgió desde tan adentro cuando leí esto. Es que... así soy yo... puro sentimiento!!

jueves, 29 de julio de 2010

Memoria


La memoria... qué característica tan distinta en cada una de las personas, no? Que es una habilidad que todos poseemos, no hay duda, por ser una simple y sencilla actividad del cerebro, que todos tenemos, nos guste o no. Ahora... el cómo usemos nuestro cerebro para ejercitar la memoria es algo totalmente distinto. Hay quiénes la usan a diario, por su trabajo, su estudio o para las actividades diarias que realizan. Como recurso o herramienta es muy bueno gozar de una buena memoria en el día a día...
Pero el tema se empieza a poner más complejo cuando el uso de nuestra memoria la aplicamos a cada una de nuestras relaciones. Y a qué voy con esto? No es tan difícil de explicar... aunque sí nada sencillo de intentar cambiarlo... aunque se puede... lo hablamos ya algunas veces en relación a otros temas, y si bien es cierto que la gente no cambia, sí puede mejorar, adaptarse, y así de alguna manera lograr cambios positivos. 
No es bueno tener memoria de fracasos pasados, salvo que éstos nos hayan enseñado lo que NO queremos que vuelva a pasar. Es muy bueno tener memoria de situaciones pasadas, si éstas nos ayudaron a ser lo que somos hoy, contribuyendo a nuestro crecimiento personal. Pero también es muy cierto que cada persona es un mundo distinto, que no hay dos situaciones que se repitan por más que tengan muchísimos puntos en común. Por eso, en estos casos, la memoria es formidable si la usamos para entender que cada día es un nuevo día, que cada persona es un ser individual distinto de los que conocemos, que cada situación que vivimos es única e irrepetible... y así nuestra memoria nos ayudará a jugárnosla, a atrevernos, a seguir creciendo... jamás a quedarnos estancados; eso es, si aprendemos a usarla como se debe, cosa que MUY pocos pueden lograr. Porque la memoria suele actuar como freno, como un ancla que no les permite ir más allá, poque recuerdan que....  y eso no sirve!!!
Durante muchísimo tiempo me han dicho que tengo una memoria envidiable, haciéndome creer que el tenerla era un muy buen atributo. Creo que, como muchos, tengo una memoria selectiva, la cual se encarga de almacenar situaciones extremas, las que recuerda a su antojo, ante determinados disparadores. Suele pasar que emociones muy fuertes (tanto las extremadamente felices, como las más dolorosas y duras) son las que más recordamos. O muchas veces éstas se encuentran subyacentes en nuestro inconsciente, y basta una simple acción o situación de placer o dolor, para que ese recuerdo se vuelva presente a flor de piel, y el recuerdo de lo que fue (o lo que no pudo ser) se hace presente de tal manera que no nos atrevemos a intentar pasar por lo mismo. Y esto sucede porque nuestra memoria está intentando aconsejarnos... mal hecho... hay que  dejarse llevar por los sentimientos... porque lo que fue, fue.
Nuestra memoria, que se va forjando por nuestra experiencia de vida, puede ser impredecible a veces. Me ha pasado, a veces, de reencontrarme con viejas amistades de allá lejos y hace tiempo, y al ponernos a recordar lo que hacíamos, me "usan" como el gran libro de los recuerdos... y entre todos reconstruimos esa parte de mi adolescencia que debo reconocer, creí haber dejado en el olvido. A través de infinitas charlas, descubrí en mi esta habilidad (defecto para muchos) de recordar situaciones que pensaba no existían en mí o en mi memoria, pero que cuando empezamos a hablar, brotan como una catarata imparable de buenos recuerdos (y otros no tanto)... como cuando para hacerme recordar que siempre fui muy frontal, y mi memoria siempre me jugó la treta que no lo era, sino que guardaba en mí cosas que quizás deseaba decir por no mostrarme intempestiva, me recordaste determinado encuentro que tuvimos cuando éramos TAN chicos, recordándome qué te había dicho en ese momento. Y es que, evidentemete, esa frontalidad mía te debe haber descolocado... y aún después de tanto tiempo, quedó en tu recuerdo esa situación.
Pero también pasa que nuestra memoria guarda recuerdos de situaciones que a nosotros nos parecían que eran de determinada manera, porque las miramos desde donde estábamos parados nosotros, y las que al charlarlas, descubrimos que no eran así... por no preguntar en su momento, tomamos como válido lo que pensamos que vimos en ese momento, pero lejos de ser así (como cuando me dijiste que yo salía con Fulano de Tal... y nada que ver... en tu recuerdo quedó esa imagen, que no era tal, quizás porque era eso lo que querías ver, quizás porque el ver eso te detuvo de tomar acción, de decir algo o de ser vos mismo).
Hay momentos en los que quisiera no tener esta memoria tan exacta... no me gusta que me digas que todo lo que hablamos después lo recuerdo pero sacado de contexto, que interpreto los dichos según mi propia experiencia. Simplemente siento que si recuerdo lo que hablamos es porque, te guste o no, sigue contribuyendo a lo que soy hoy; porque las diferentes experiencias por las que pasamos, con lo que sentimos, decimos y hacemos (así como lo que los otros dicen, sienten y hacen) hacen que sigamos andando el camino, a hacernos sentir bien o mal (dependiendo de lo dicho, sentido y hecho), a hacernos más de lo que somos hoy. Y mi memoria, selctiva por cierto, basada en mis experiencias de vida, hacen que a veces quiera no recordar tanto, para poder estar un poco más liberada de la carga del ayer, estar un poco más en el hoy, sin importar lo que se dijo ayer. 
Pero... acaso no estoy donde estoy y soy como soy hoy por lo que pasó ayer?
La memoria, o los recuerdos si así preferís que la llame, nos conecta con lo que somos. Nada tiene de racional, ya que un aroma, una cara, un gesto, una mirada, una palabra, una situación... cualquiera de éstas pueden disparar el recuerdo guardado en nuestra memoria. Y si ahí está, es porque nos marcó, porque contribuyó a hacernos lo que somos hoy.
Y no quiero perder mi memoria... porque me hace tan pasional y tan impredecible como soy... porque gracias a ella, aprendí de la vida... y, lo que más me enseñó, es que ninguna situación es igual a otra, que ninguna palabra dicha en exactas circunstancias significa lo mismo que la que quedó en el recuerdo... y me recuerda que aún estoy viva, y que me gusta setirme así, y que seguiré jugándome por lo que siento y quiero.

miércoles, 28 de julio de 2010

Y escribo porque...


... a través de lo que escribo puedo ver más claramente lo que me está pasando. Cuando me siento frente a mi laptop, los dedos se mueven solos sobre el teclado, a mil... nunca sé qué voy a escribir hasta que está terminado, porque las palabras se suceden como en un torbellino (así como soy yo...) ... una palabra tras otra... y no las pienso... las siento como salen desde muy adentro.
Muchas veces debo releer lo que escribí... nunca para borrar nada de lo que me salió (salvo que se torne en demasía repetitivo) sino para corregir los deslices que suelen ocurrir cuando estoy tipeando, en que mi atolondramiento hace que mezcle todas las letras. Disléxica del tipeo habíamos dicho anoche...? Atolondrada por demás, pero no torpe... medio descoordinada quizás.
Todo lo que podés leer acá... eso soy yo... inconstante, emocional, lanzada, abierta, transparente,  un poco inocente, mostrándome al desnudo... sabiendo y sintiendo que esto me vuelve más vulnerable, pero no lo puedo evitar...
Esta mezcla de sensaciones, emociones, pensamientos, sentimientos... a veces se transforman justamente en eso: una mezcla, que trato de plasmar en este espacio, para entenderme mejor, para intentar que vos también me entiendas mejor, que veas que no cambié... tan solo mejoré... y me queda mucho más por mejorar.
También escribo porque me gusta... y uno de mis sueños es poder dedicarme a hacerlo... pero para eso necesito tiempo... tiempo del cual dispongo ahora que estoy de vacaciones de invierno, pero del cual ya no dispondré dentro de unos días. Pero no quiero permitir que eso me angustie... porque de una u otra forma, intentaré encontrar ese tiempo tan preciado, para escribir, y sentirme bien, y mostrarme... y seguir creciendo.
Suele pasarme que escribo cuando estoy en los extremos de mis emociones: cuando estoy muy eufórica, absoltamente feliz... como cuando siento tocar el cielo con las manos... y también cuando estoy muy triste o angustiada, esos momentos en que me siento en el pozo más profundo y oscuro. Es en ocasiones como éstas, en que las palabras suelen fluir mucho más naturalmente... lo que me muestra que son los sentimientos y las emociones las que me guían.
A veces hay cosas que me van pasando, situaciones que son un simbronazo que me sacuden de tal manera que hacen que solo tenga ganas de escribir... y como te conté... cuando escribo, me olvido del mundo... no pienso... vuelo... sueño... ya no soy yo, sino un alma al desnudo que se muestra tal cual es.
Por eso... escribir es para mí un cable a tierra, como lo es el hockey también... ambas pasiones que me conectan con lo más íntimo de mi ser... 
Hace ya bastante tiempo atrás también escribi sobre el por qué escribo... nuevamente por otros motivos e incentivada desde otra perspectiva... pero va el link... para que lo leas si querés.

http://blogdejeannie.blogspot.com/2010/02/por-que-escribo.html

martes, 27 de julio de 2010

El miedo a perder...

 

 Todos, de una manera u otra, tenemos miedo a perder. Cuando estamos solos, tememos perder la posibilidad de encuentros con los seres queridos, aislarnos o meternos tanto en nosotros mismos que nos volvamos huraños, solitarios, resultándonos cada vez más complicados y difíciles los posibes encuentros con gente con quien  nos gustaría pasar más tiempo... porque, y si no se acuerda de mí?... pero, lo peor, es que este tipo de temor no lo tenemos a flor de piel, entonces no nos asumimos temerosos.

Cuando encontramos a alguien que nos hace sentir bien, tememos perder nuestra libertad de ir y venir como estamos acostumbrados, de no tener esa individualidad que nos caracterizó durante tanto tiempo. Tememos que ese pensar, ser y sentir de a dos nos bloquéen de tal manera que dejemos de ser nosotros. Y la lista de temores se suma interminablemente si nos ponemos a analizar bien a fondo a qué le tememos. Porque todos tenemos miedos, pero lo importante es poder analizarlos. A pesar de ser una emoción, el miedo debe ser analizado a nivel racional para poder encontrarle su por qué... eso es, si estamos interesados en encontrar la raíz del problema, y de ahí en más, trabajar para solucionarlo. Porque convengamos que la mayoría de las veces es mucho más fácil hacer de cuenta que nada nos asusta ni nos inmuta ni nos preocupa... se vive más feliz, con menos preocupaciones; pero, es eso realmente ser más feliz?  Sin darnos cuenta, asumimos no tenerle miedo a nada... porque estamos bien así como estamos, pero si escarbamos un poco, enseguida podremos encontrar el temor a... tantas cosas!

Es verdad que en ningún lado está escrito que la felicidad está en uno (aunque intentan machacarnos que es así como debe ser: primero debo ser feliz yo con mí mismo para después poder hacer feliz a otro; debo amarme yo primero para después poder amar a otro). Tampoco está escrito que es parte de la vida del hombre decidir compartirla con una pareja... porque es la que nos ayuda a poder sentirnos realizados como personas (aunque a diario también intenten machacarnos que uno debe ser fuerte, que debe aprender a convivir con su soledad, que es la mejor compañera. Y sin lugar a dudas lo es cuando muy desde adentro nos sentimos acompañados, aunque la presencia física no esté en ese momento, algo MUY distinto a sentirse solo, que puede muy bien estar sucediendo estando con alguien). Ni tampoco está escrito que el estar en pareja implica total y completamente perdernos a nosotros mismos por estar con otra persona. Muy por el contrario... es un estar de a dos de a ratos, pero también estando solo otros ratos.

Un queridísimo amigo mío, Ariel, escribió esto en su muro de Facebook, y se lo robé para traerlo acá, porque me encantó lo que escribió. Dice así:

"Es increíble el temor reverencial que le tenemos los hombres a las mujeres, y cuán pocos lo asumimos... La teoría del colonizador y el colonizado viene al pelo, donde el colonizador convence al colonizado de su inferioridad porque en realidad le teme... es el eje de la paranoia masculina ante el poder incalculable del género al que, se supone, dominamos... Despertemos de una vez, hermanos! Ellas mandan...y nos gusta."


Debemos admitir que las mujeres tenemos otra naturaleza, distinta de la de los hombres. Nuestra reisitencia, tanto física como emocional, es también mucho más fuerte o potente. Los cambios que se han ido sucediendo a nivel cultural y social, han hecho que podamos manejar una empresa, cuidar a los hijos, estudiar, y aún así tener tiempo para nosotras. Y esto es algo a lo que los hombres le huyen, por esa incapacidad que tienen de entender que esto es posible para nosotras, y que de ninguna manera nos hace mejor que ellos, simplemente distintas. Y porque somos distintas, es que está bueno que, como hizo Ari, más de uno se cuestione qué le está pasando que decide seguir solo en la vida. Justamente por ese temor a perder, es que se elige la solución más rápida y fácil que es la de no comprometerse y mirar todo desde afuera. No se animan al cambio que implicaría pensar de a dos, estar, dejarse llevar por la  piel y los sentimientos... porque sería toda una adpatación que no es necesaria... O por lo menos eso es lo que creen, que no es necesario sentirse querido y necesitado por otro fuera del núcleo familiar, de esa manera tan especial en que se mima, se cuida y se protege a quien se ama por decisión propia. 

Pero quedándome con lo que dijo Ari, a pesar de no estar de acuerdo en que somos nosotras las que mandamos, ya que todo siempre se hace de a dos, el que se haya reconocido temeroso es un paso gigantesco en el camino a buscar sentirse bien y querer estar mejor de lo que está. Porque creo que como con todo lo que nos pasa en la vida, es una cuestión de descubrirnos, asumirnos y después buscarle una solución. Y por eso... no nos teman... mejor acompañen, porque como dice Pappo, "Nada como ir juntos a la par!"

 

lunes, 26 de julio de 2010

Dejando huellas


Todas las personas que entran en nuestra vida, ya sea que compartan largas temporadas o esporádicas situaciones, van dejando sus huellas, así como cada uno de nosotros, sin quererlo también dejamos nuestras huellas en esas personas.
No es necesario haber compartido largos períodos de tiempo para poder afirmar que alguien dejó su huella en nosotros... no importa que tan fuerte pisó para poder decir que su huella quedó grabada en nuestro interior. En realidad SÍ importa cuan fuerte pisó en nuestra vida porque de eso dependerá cuán profunda sea la huella y cuánto nos marcó! Pero lo importante es reconocer que TODOS dejan su huella en nosotros.
Lo que sí es seguro es que todos somos forjadores de huellas a lo largo de nuestra vida.
Te acordás cuando hablábamos del rol que cumplimos como docentes en la vida de nuestros alumnos en el cole? Y que te conté cómo, cuando empecé a tener los hijos de mis primeras camadas de alumnos, lo que me sorprendió fue lo que se acordaban de mí? Esas son huellas que vamos dejando en sus vidas.
Hay quienes se preocupan de dejar bien marcado su paso por la vida de las personas... trabajan a nivel consciente para que la marca que dejan sea duradera... otros, sin quererlo siquiera, vamos dejando nuestras marquitas en las vidas de los que nos encontramos y acompañamos a lo largo del camino, sin quererlo, simplemente siendo nosotros mismos.
Creo que si nuestro reencuentro ocurrió fue porque algo había dejado en vos luego de tantos años... algo que quizás quedó adormilado durante un cuarto de siglo, pero que al ver mi nombre, disparó un montón de cosas. Nos pasa que cuando de pronto nos reencontramos con gente de otra época de nuestra vida, lo primero que surge en nuestro interior es como un remolino dentro del pecho... este movimiento puede ser sentido como algo placentero o como algo que nos inquieta. Siento que lo que sentiste fue algo placentero... sino, qué sentido hubiera tenido buscarme, hablarme, reencontrarnos?
Sé que en mi guardaba los mejores recuerdos de nuestra adolescencia... y que me sentí muy bien con este reencuentro, porque evidentemente dejaste en mi huellas que sólo reconocí cuando nos volvimos a comunicar.
Me ha pasado que la vida me llevó por caminos muy diferentes a los que recorrieron muchos de mis amigos de la adolescencia... en gran parte por elección propia, cuando decidí a los 22 años hacer un corte brutal con lo que había sido hasta entonces y me mudé lejos de casa (vos me conocés, mis cortes son así, extremistas... soy a un todo o nada... visceral por donde me mires... pero esos cortes o rupturas los hago después de mucho análisis... o sea que es verdad que uso mucho mi raciocinio... pero sólo después de haber dejado que mis emociones hayan actuado a full). Y el reencontrarme con estos afectos del pasado fue como un volver a vivir. De cada uno de ellos saqué algo hermoso: ese poder reconectarme con lo que había sido, completar parte del rompecabezas de mi vida con algunas de las piezas que estaban faltando, intentando entender un poco más lo que soy hoy. 
Pero sabés qué...?? Con ninguno de todos esos reencuentros tuve lo que tuvimos nosotros.... esa piel, esas ganas de... Charlamos largas horas sobre lo que había sido de cada uno de nosotros, por dónde nos había llevado la vida... recordamos viejas épocas, nos reimos, lloramos, sacamos a la luz las huellas que habíamos dejado en el otro.... Pero con ninguno de ellos el reencuentro fue como el nuestro... no teníamos asignaturas pendientes, sólo recordamos viejos tiempos y nos pusimos al día... viejas amistades que se reencuentran.
Con vos fue todo distinto... por más que no quieras admitirlo, deberías ver en tu interior, y descubrir qué huellas pude haber dejado en tu persona... porque está bueno admitir que quizás fue simplemente las ganas de ver qué era lo que nos pasaba, cómo se sentía lo que antes nunca nos habíamos atrevido a intentar. O si la huella era más profunda... y significa algo más...
Creo que todos dejamos nuestra huella en la vida de los que de una u otra manera "tocamos" a lo largo del camino... sé que las huellas que yo voy dejando son positivas, porque soy puro corazón y nunca hago nada para lastimar a nadie... sé que las marquitas que dejo en los que me quieren son de esas que no se olvidan, pero que contribuyen a ser mejores, jamás a denigrar ni lastimar ni herir... Y será por eso que los reencuentros están siempre plagados de buenos recuerdos, que me llevan en el alma sin siquiera saberlo yo.
Las huellas pueden ser positivas... pero también pueden ser negativas... y son éstas últimas las que más lastiman, las que paralizan ante nuevas situaciones parecidas... porque son cicatrices que muchas veces intentamos ocultar, pero el dolor aunque inconsciente está... nos paraliza, nos hace temerosos, nos bloquea ante la posibilidad de nuevas situaciones... el miedo a lo desconocido? NO! El miedo a más de lo mismo... si ya estoy en una posición cómoda y durante tanto tiempo estuve así, bloqueando, escondiendo, pretendiendo que esas huellas profundas no están... para qué intentar algo que sólo hará que se hagan nuevamente tangibles? Es más fácil pretender que las cicatrices no están y hacer de cuenta que las huellas positivas que nos dejaron en el alma son solamente marcas... que no nos movilizan ni nos emocionan ni nada.
Hace ya varios meses había escrito algo sobre las huellas, aunque desde otra perspectiva... acá el link para quien quiera releerlo. http://blogdejeannie.blogspot.com/2010/03/el-problema-son-las-huellas.html

domingo, 25 de julio de 2010

Mi propia incapacidad



No es fácil descubrirnos defectuosos... caer en la cuenta que tenemos mucho, que somos mucho... pero que nos falta tanto!!!
Cómo puede ser, a veces me preguntan, que siendo tan inteligente intelectualmente, aún me cueste entender cuando me hablan...? Por qué no puedo entender el mensaje tal cual es?
Una de las razones es que mi emocionalidad hace que traspole a algo absolutamente racional un cúmulo de sensaciones y sentimientos... haciendo que "interprete" a través del cuore lo que simplemente es una sucesión de palabras que no incluyen en ellas más que lo que están diciendo.
 Lo que uno ha vivido sin duda influye en este malinterpretar los mensajes... en mi caso, me han preguntado con qué tipo de personas me he relacionado, que interpreto un simple gesto de buenas costumbres como una acción cargada de intencionalidad. He estado con gente que tiene el mismo tipo de educación que yo, pero es evidente que mi interior es mucho más intenso que el de muchas otras personas.
Como ya escribí en otras oportunidades, mi ansiedad me juega las peores bromas, en los peores momentos... DEBO aprender a manejarla, no puedo permitir que siga haciendo estragos con mi vida! Gracias a ella, me subo a la nube 14 en cuestión de segundos... y cómo duelen los golpes! Porque la caída es en picada.. y abajo sigo estando sola, sin nadie que me ataje. Luego de las caídas, están los que me quieren, los que se empeñan en ayudar a levantar todos los pedacitos... y lo logran, luego de interminables charlas... y mucho mimo para mi alma herida... Y el saldo es mi promesa de dejar los pies sobre la tierra, de aprender a manejar y equilibrar mi emocionalidad con mi intelectualidad... pero nunca me sale. Y las cicatrices se siguen agregando y van dejando su huella.
Así como conozco a tantísimas personas que se dejan dominar continuamente por su racionalidad... yo estoy en el otro extremo... siento todo a flor de piel, me entrego, equivocadamente, en cada relación, no pienso, dejo que mis acciones sean guiadas por ese torbellino de emociones que soy yo... y no creo que por eso sea más feliz, ni viva experiencias más gratificantes... porque si pasar por lo que paso implica después quedar hecha añicos, prefiero pensar, no sentir..... prefiero caminar, no correr... prefiero descender, no tirarme de cabeza.... Bah, no sé si prefiero eso realmente, pero desearía poder lograrlo, para evitar el dolor que se le sucede.
Mi propia incapacidad para valorarme es la que hace, creo yo, que no sepa cómo disfrutar de mi soledad. No sirvo para estar sola, quizás por esta cosa que me decís que tengo, que siempre pienso en los otros, que me preocupo por el otro, lo que necesita, lo que le hace falta, cómo ayudar, cuidar, acompañar, mimar; estoy pendiente de sus actos, palabras, momentos, espacios... sí, lo invado inconscientemente, queriendo imponer mi presencia en su vida .... en lugar de preocuparme por lograr eso en mi. Debería entender que soy YO la que cuenta antes que nadie... pero cómo hacerlo cuando toda mi vida me puse en otro lugar? Lo que aún no pude descubrir es el por qué lo hago.
Son muy esporádicos los momentos en que disfruto de mi soledad, de estar con mí misma... y esos momentos llegan cuando me sé con alguien, cuando siento esa unión de almas, sensaciones, proyectos, ganas de estar; cuando estamos unidos espiritualemente... y puedo aislarme físicamente por momentos o etapas, porque el físico es lo que contiene a mi interior que es el que en difinitiva soy yo. Pero aún no logro entender cómo puede ser que me sienta unida espiritualmente a alguien en cuestión de segundos... cuando es evidente que esa persona lejos de sentir lo mismo, o siquiera algo similar.
No puedo estar sola...sí, en realidad puedo estar sola en algún lugar y disfrutar de mis espacios y mis tiempos... lo que no puedo es sentirme sola... eso duele, lastima, cala hondo... porque me veo vulnerable, me siento mal al ver mis incapacidades... y es eso sobre lo que debo trabajar... aceptarme como soy, quererme mucho (pero como hacerlo si no me quieren los que quiero que me quieran como quiero que me quieran?)
Me reconozco imperfecta... MUY imperfecta... me reconozco débil, por más que dé el aspecto de una mujer fuerte... me reconozco falta de afecto, incompleta sin esa persona que me haga sentir que valgo, que le importo, que le preocupo, que me necesita... me reconozco incapaz de sentirme plena si no estoy en pareja... y quizás son todos estos reconocimientos los que hacen que me equivoque con las señales que recibo de los que me rodean, o de los que se acercan con las mejores intenciones de amistad... porque muy dentro mío siento que necesito de ese alguien para sentir que la vida entonces sí tiene un sentido.
A veces me cuestiono qué fue lo que me hizo estar con el padre de mis hijas durante tantos años... y lo que descubro es algo que detesto... pero es la realidad: no quería estar sola. Me apegué a la imagen de un hombre que no era lo que yo quería creer que era, pero estaba en pareja, no me sentía fracasada (lo que no quita que me entregué en un 200% y que sentí que era el gran amor de mi vida en su momento). Me pregunto muchas veces qué hubiera pasado si la relación se hubiera terminado a lo largo del camino, como tantas veces estuvo por suceder. Y la respuesta que encuentro es que si estuvimos juntos durante tanto tiempo fue porque no quería estar sola, porque fui yo quien luchó contra viento y marea para que funcionara, remando solitaria por el camino de la pareja... porque entonces no me sentiría una fracasada. Y si los hijos llegaron a mi vida fue para remarcar ese rótulo que tanto me interesaba: no soy fracasada, tuve hijos, pero la pareja no funcionó (a pesar que fui yo quien tomó la dura decisión de separarnos). Y qué hubiera pasado si no hubieran nacido mis hijas? Uffff... la sensación de fracaso hubiera sido mayor, en mi caso lo sé, porque hoy me hubiera sentido que ni siquiera pude formar una familia. Y quizás me hubiera sentido mucho más sola aún.
Sé que mis hijas me ayudaron a no tirarme de cabeza en muchas piletas que fui cruzándome en el camino... gracias a ellas me mandé muchas menos macanas de las que me hubiera mandado si hubiera estado sola...
Pero no quiero morirme sola... quiero encontrar ese compañero de ruta para quien signifique el mundo, ese hombre para quien lo sea todo, el que me cuide, quien se preoucpe por si estoy bien, si estoy feliz, el que me mime a cada instante y me malcríe... Quiero y necesito encontrar a ese hombre con el que nos podamos reir de todo  Pero eso jamás podré lograrlo si no trabajo sobre mi ansiedad, sobre mi personalidad avasallante que hace creer a todos que soy tan madura, tan bien centrada; eso no lo podré conseguir si primero no bajo un cambio, si no dejo de desesperarme tanto por creer que el Amor de la mano de un hombre aún es posible y que me puede pasar a mí.
Tengo que hacerme cargo de mis defectos y de mi incapacidad de ser sola... tengo que aprender a no dejarme llevar por las emociones tan a flor de piel, a ir por la vida con más calma, a no ser tan intempestiva... para recién ahí, quizás, poder disfrutar más del hoy, sin estar tan pendiente del mañana y de lo que traerá o no.

Quererme significa no permitir que este tipo de situaciones me desestabilicen de tal manera que mi mundo se derrumbe a mi alrededor... no puedo permitirme sentir este vacío en el medio del pecho porque me siento sola... sé que está mal no tener una conducta, por ejemplo, alimenticia, y que cuando estoy muy triste o muy eufórica, me vaya al extremo de no sentir apetito, porque siento que con tanta felicidad o tanto dolor tengo todo el combustible que necesito para seguir adelante. Pero cómo se logra esto? Cómo lograr un equilibrio emocional que me permita ser ordenada en mis conductas, en mi día a día, si tengo dentro mío esta espantosa creencia, esta estructura que nadie impuso sino que yo solita permití que se instalara, que me grita a cada instante que te necesito en mi vida????
Me veo y me siento incapaz de tantas cosas... y la que más me está molestando es el no poder controlar lo que siento... ese dolor, ese vacío que se apodera de todo lo que hago, y me pone de malhumor, me angustia, me entristece, me pone irritable, haciendo que no pueda disfrutar del ahora. Me molesta volverme intolerante, me irrita sentirme tan boluda al hacerme un mundo de lo que no lo es, colgándome de la primera nube que pasa, haciéndome toda una película y fantaseando... creyendo que por fin la felicidad entró en mi vida, no permitiéndome disfrutar de los afectos que están siempre. Me destruye que me digas que sólo pienso en los otros... si me quedo hasta cualquier hora despierta para hablar con vos lo hago por MÍ, no por vos, por lo que me hacés sentir, por la emoción que despertás en mi con tus carcajadas y tus ocurrencias... porque me hacen sentir querida.
Necesito cambiar... a pesar que siempre sostuve que no son cambios los que deben hacerse sino adaptaciones, hoy más que nunca necesito cambiar esto... y un buen comienzo es descubrirme defectuosa, incompleta, con incapacidades.

El amor negativo y la curación emocional



Según escribió Berta Sperber, el amor negativo lo único que hace es frustrarnos cuando decidimos iniciar una relación, por lo que muchas veces optamos por tenerla en total situación de sumisión... o bien directamente ni empezarla. Pero sin embargo, como explica ella, es tan sencillo lograr la curación emocional... basta con proponérselo, con dejarse llevar por lo que sentimos, intentando lograr el equilibrio perfecto entre lo emocional, corporal, espiritual y racional... pero todo en su justa medida. De nada sirve la racionalización... lo emocional lleva a lo corporal, que luego hace que lo espiritual también se acople... y lo racional de esta manera ocupa el lugar que le corresponde en el complejo mapa de la personalidad humana.
Te acordarás que hablamos de algo parecido a esto, sin realmente decir nada sobre los posibles motivos de este no poder/no querer hacer algo de a dos... y sin importar realmente lo que te lleva a no poder obtener la curación emocional, o por qué tenés este amor negativo dentro tuyo, lo que importa es que todos somos capaces de poder comprometernos y jugarnos y animarnos y disfrutar de lo emocional, físico, espiritual e intelectual si nos atrevemos a hacerlo.
Según sus palabras, parece tan sencillo, no? Y realmente creo que lo es... que se puede... y que eso nos proporciona un equilibrio tal que desde ahí en más, todo el resto a nuestro alrededor se acomoda de tal manera que ya no debemos preocuparnos por intentar mantener el equilibrio en nuestra personalidad, porque se da solo.
Creo que cada nueva relación que empezamos en nuestra vida es en realidad una nueva historia, que  escribimos en una hoja en blanco, empezando los dos de cero, sin importar la experiencia anterior, o las frustraciones o éxitos que hayamos tenido, porque el empezar una nueva relación implica y significa un renacer, con nuevos rumbos, nuevos deseos, nuevas personas... en definitiva eso: una nueva historia!


"Todo empieza con esa primera experiencia infantil en la que se comprueba, aunque no siempre a nivel consciente, que uno no es amado por lo que es, sino por lo que debe llegar a ser; en mayor o menor medida, todos somos víctimas de ese amor negativo, un amor que pone condiciones para ofrecerse.
Con el concepto de "amor negativo", que acuñó en 1967 Bob Hoffman, se explican buena parte de los padecimientos de las personas y su desconexión con el mundo emocional.
El amor negativo es la evidencia de la persona de sentirse indignada de ser amada, que viene de haber sentido que sus padres no lo reconocieron como quien era realmente, sino que se dedicaron a educarlo como quien debía ser.
Desde ahí la persona se desconecta de su propio ser y empieza a trabajar -desde muy chico-, para satisfacer las expectativas de los padres o, si sufrió mucho en la infancia, para rebelarse y ser lo opuesto a aquello que se esperaba de él.
Tal vivencia genera una paradoja emocional: "soy querible en tanto no sea quien soy y sea lo que los demás esperan de mí".
Tal condición queda grabada en el plano emocional y hace que, en nombre del amor, las personas se sometan a los demás, acepten chantajes para ser amados y se dejen manipular. O bien, nunca se dejen amar, no pudiendo mantenerse en el tiempo con una pareja.
Estas personas realmente creen que no son merecedoras de un amor positivo, muchas veces subestimándose y no creyéndose lo suficientemente capaces de amar y ser amados, porque no saben cómo, nadie les enseñó, y prefieren no arriesgarse a modo de evitar el sufrimiento. De este modo, la racionalización de todos sus actos y sentimientos es usada como mecanismo de defensa.
Esas personas sienten que sus propias sabidurías son algo de lo que se debe descreer, y que sólo lo que sabe el otro es valorable, porque los otros suelen ser colocados en un lugar más alto del que se encuentran ellos.
De esta forma es como somos entrenados en vivir mal. La idea de paternidad está aprendida y se copia de los propios padres, se transmite de generación en generación. De esta manera, suelen ser la fiel imagen de sus padres o bien optan por no ser padres en absoluto, lo cual les queda como asignatura pendiente, interfiriendo en sus posibles relaciones siguientes, al racionalizar una ausencia que desconocen como tal.
El adulto mira al niño como alguien que no sabe nada y a quien hay que educar. No se mira al chico como a un ser que llega a este mundo sabiendo muchísimo y que lo único que no sabe es el código para expresarlo.
Como eso no es tomado en cuenta, se "graba" el rechazo al propio ser. En la vida adulta, para recuperar la conexión con uno mismo, lo primero es tomar conciencia de que todo aquello que es negativo para la propia vida fue aprendido.
Claro que abrirse a los recuerdos implica dar paso a un cúmulo de emociones que en nuestra cultura son definidos como "negativas": la rabia, el dolor, la culpa, el odio, la venganza... vivencias que un niño experimenta cuando se siente maltratado o no tomado en cuenta, pero que muy pocas veces puede expresar.
Aprendemos desde muy chicos a reprimir emociones. Pero cuando se liberan, vuelven los recuerdos y la persona empieza a darse cuenta de que, en realidad, todo lo que le pasa en su vida adulta, lo que se repite o le ocurre a pesar de sí mismo, fue aprendido de los padres, desde la concepción hasta la pubertad.

Al no poder recordar dónde lo aprendió, supone que esas desventuras son la confirmación de que hacía algo mal, que sus equivocaciones derivan de su falta de valor, y como resultado no puede soportar que los otros lo vean tal cual es, logrando sólo relaciones en las cuales el compromiso y el mostrarse tal cual es son dejados fuera por el temor al rechazo.
Toda persona cuenta con cuatro aspectos: lo intelectual, lo emocional, lo espiritual y lo corporal.

Pero cuando somos víctimas del amor negativo, solemos tener nuestro intelecto dominando nuestras vidas. Así, queremos resolver todo desde la cabeza, que es el más pobre de los cuatro aspectos para crecer en lo desconocido.
El intelecto siempre necesita experiencias viejas para saber como seguir. En cambio, nuestra parte emocional, la espiritual y nuestro cuerpo tienen mensajes, idiomas, percepciones rápidas y adecuadas para todas las situaciones desconocidas, que nos hacen sentir seguros.
Sin dejar al intelecto afuera, sino ocupando su justa proporción, necesitamos recuperar los tres aspectos que están relegados e integrarlos en una quadrinidad en la que cada uno aporte la información y los recursos necesarios para conformar un ser íntegro, poderoso y amoroso.
Este trabajo de integración requiere un fuerte hincapié en la apertura de lo emocional, que también es el camino hacia lo espiritual.
Cuando la persona recupera ciertos derechos, por ejemplo el derecho a enojarse por aquellas cosas que le hicieron daño, recupera el derecho a autoafirmarse en la vida, porque la rabia es una emoción muy saludable para los seres humanos en tanto pone límites y ayuda a avanzar, a ser audaz, a despegar.
Lo que nos asusta de la rabia son las formas inadecuadas de expresión; pero habitualmente se termina reprimiendo la emoción y no las formas inadecuadas, porque los padres no conocían otras formas.
Cuando la persona recupera esos derechos, ocurre que de pronto está integrado y eso no es algo muy difícil. Lo emocional no es elaborativo, así que no necesita meses ni años de maduración: necesita "ver".
A diferencia de nuestro intelecto, que precisa tiempo para comprender, analizar, elaborar... lo emocional se manifiesta continuamente, y la grabación que produce el rechazo del propio ser está en el plano emocional.
Allí donde se abre la experiencia emocional, la persona empieza a recibir mensajes de qué le pertenece y qué no, qué fue aprendiendo y qué no. Así nos damos cuenta de quiénes no somos, rompemos con una serie de creencias, prejuicios y valores mal entendidos y desde lo emocional captamos que somos seres amorosos, dueños de un amor sin condiciones, con una capacidad de compasión y perdón para los demás y para nosotros mismos que nos hace muy poderosos.
"
JA... qué tal eh!!!

sábado, 24 de julio de 2010

Razón vs Sentimiento


Las cosas del corazón, los sentimientos, estar con alguien... nunca deberían ser cosas que se analicen con la razón. Sin embargo, hay personas a quienes eso les pasa y naturalmente, lo que sale como resultado después no es lo que debería estar pasándoles.
Cuando la razón comienza a analizar el por qué de nuestros sentimientos y de las acciones que éstos nos llevan a hacer, nos paralizamos.... comienzan los miedos, los justificativos del por qué no deberíamos hacer tal o cual cosa... nos comparamos con el otro y descubrimos nuestras propias falencias. De pronto, por temor a que nos descubran cómo somos (por alguna maquinación interna que hace que tengamos una bajísima autoestima y creamos que no somos lo suficientemente buenos para esa persona, que podríamos lastimarla, que se deslusionaría cuando conozca a nuestro verdadero yo, y como resultado, seríamos nosotros quienes saldríamos lastimados de esta relación, porque creemos que la otra persona no toleraría lo que descubriría; porque nos escudamos en ese malhumor y enojo que creemos sentir porque estamos con alguien dejándonos llevar por lo que sentimos y al racionalizarlo lo atribuímos al no poder ni querer estar en pareja cuando en realidad ese enojo surge como mecanismo de defensa ante la percepción que tenemos de nosotros mismos de no ser lo suficiente para la otra persona que es tan maravillosa, con tanta experiencia de vida que no nos toleraría y nos abandonaría en el camino)... por este temor, nos resguardamos de sentir, y analizamos todo... y en este análisis descubrimos que se sentía tan lindo sentir y dejarse llevar por la piel, pero que no nos podemos dar ese lujo... Así que mejor terminar todo ahora, antes que alguien salga herido, porque creemos que lo que somos no es suficiente para el otro, que en algún momento descubrirá que no somos como nos recuerda del pasado, que lo que éramos en potencia en ese entonces, quedó sólo en la posibilidad de ser, pero no llegamos a explotar todo nuestro potencial... y la desilusión podría ser tan grande para la otra persona, que sin lugar a dudas nos dejaría... y eso nos dolería, así que mejor la cortamos ahora, así nadie sufre.


Sin embargo, cuando la emoción se apodera de tu alma a la hora de estar con alguien, uno es puro sentimiento! Te dan ganas de estar con esa persona, te animás a ser vos, sin miedo a que te juzguen (porque lo que sos hoy es lo que esa persona está viendo con sus ojos y su alma... ningún recuerdo del pasado sino todo lo que tiene frente a sus ojos), te permitís salir de esa postura acartonada, estructurada y legislada que tenés en tu vida. Cuando te dejás llevar por lo que sentís, se te nota en la mirada, esas ganas de hacer, ser, sentir, estar... si cada momento que pasás con esa persona es lindísimo. te vienen aires de cambio, de renovación, sentís como el viento te despeina, y te dejás llevar.
Y es cierto... te empiezan a dar ganas de estar más tiempo, de compartir más cosas y momentos... uno de pronto siente que los pies se te despegan de la tierra y sentís que volás. Y ya no existen ni tiempos ni lugares, simplemente te dejás llevar y te sentís libre... esa sensación de libertad, de "todo lo puedo", de pronto se apodera de cada fibra de tu ser... y te dejás llevar (sólo hasta que, obvio, dejás que tu raciocinio te venza). Y la ansiedad, ese sentimiento tan positivo en algunas ocasiones pero que puede destruirte en un instante en otros momentos... esa ansiedad hace que tengas ganas de estar (como también puede hacer que el otro se sienta ahogado y oprimido, que lo estás apurando, por lo que deberíamos saber cómo manejarla, algo que puede hacerse y controlarse, pero nunca dejando de sentir a flor de piel cada palabra, mimo, beso tuyo ... te hace bien sentir... te descubriste capaz de volver a vivir, te diste cuenta que no estabas muerto, que aún tenés tanto para dar. Pero el miedo? El miedo también es un sentimiento... y sí las cosas no salen bien...? El miedo aparece cuando comenzamos a racionalizar lo que sentimos... no deberías tener miedo a equivocarte, no deberías temer a jugártela... porque vale la pena, siempre lo vale!


Porque ... si te encantó la sensación de volar... pero la realidad te dice que no debés hacerlo... hay que poner los pies sobre la tierra y quedarse ahí estancadito...?? No, la vida te da revancha para que lo intentes, y no deberías asustarte... qué es lo que tenés dentro tuyo que creés que es menos que yo? Qué te hace pensar que te dejaría cuando vea como sos? Yo te veo como sos HOY, no por lo que fuiste, y es de eso de lo que estaba empezando a enamorarme... de vos hoy, con tu sonrisa, con nuestros diálogos, los momentos compartidos, porque primaron la emoción y los sentimientos... la razón no juega nada acá... cuando entra en juego, es que se tapan los sentimientos, nos volvemos acartonados, estructurados y no nos permitimos ser felices. Vos mismo lo dijiste... si empezamos a racionalizar e intelectualizar todo lo que vivimos, podemos estar 50 días analizando lo mismo, y nunca llegaríamos a ninguna conclusión verdadera... seguiríamos dando vueltas sobre lo mismo eternamente. Y por esto mismo es que deberías dejar que la piel, tu interior, tus sentimientos, se apoderen de vos en este momento... y dejar que las cosas sean, que fluyan... que pase lo que tenga que pasar, que te permitas sentir sin el miedo a lo que vendrá, pero viviendo el ahora, porque lo que tenga que ser, será... siempre es así. No debemos racionalizar los temas del corazón, porque sólo nos llevarán a quedarnos solos, dejando pasar de largo a quien quizás era la persona que cambiaría para siempre nuestra vida, quien nos haría sentir eso que tantas veces vimos que les pasaba a los otros pero que nosotros no nos animamos a tener.. Y cuando digo "cambiaría nuestra vida" no estoy hablando de cambiar porque lo que teníamos no nos agradaba... es un adaptarse, es un sumar, un ganar... porque cuando uno ama, cuando uno siente... siempre se gana!


viernes, 23 de julio de 2010

Otro cachetazo

Es increíble como las situaciones se repiten... que así como hace unos días escribí que está buenísimo que la vida nos dé revancha... que lo que no pudo ser en el pasado fue por algo, pero que vuelve en el hoy a hacer piel... y que entonces el hoy es tan maravilloso...
Sin embargo hoy no puedo soportar mi HOY... este presente que me acaba de cachetear... que me cerró la puerta a lo que hace instantes era todo...
Por qué las personas no pueden ser directas...? Por qué esa necesidad de decir las cosas a medias...? Ese "no sos vos, soy yo... vos sos puro corazón... tenés un corazón de oro...pero hoy no puedo embarcarme en una pareja... darte lo que necesitás... Vos necesitás alguien que esté pendiente de vos, que te cuide... y yo no puedo..."
Es necesario decir todo esto? Cómo sabe el otro qué es lo que yo necesito? Dónde está escrito que porque tuve una pareja de casi 15 años con quien fuera el padre de mis hijas, tengo más experiencia en la vida de pareja...? Dónde está escrito como ley que soy más que vos?
Quizás entonces no todo es tan así como vos decís... no valgo lo que decís que valgo para vos... te tirás abajo... no creés en vos mismo ni en lo que podrias llegar a dar y sentir y ser... con un otro a tu lado...
No puedo tolerar ese miedo a involucrarse, porque en experiencias pasadas te lastimaron... ambos sufrimos mucho... y uno se levanta y sigue... y acepta los desafíos... y sí que éste sería uno... pero te acobardaste, por permitir que tus cabeza se imponga sobre tus sentimientos... la estructura de vida que sin lugar a dudas tenés, y que no te interesa cambiar...
Pero no me digas que necesitás ver esto desde afuera... darte cuenta de lo que te perdiste... y mientras tanto seguir estando en mi voda... como mi amigo...
Me reconozco ansiosa... me reconozco torbellino... y hoy un amigo me dijo... sos una gran mujer, pero todavía no supiste cómo lidiar con tu soledad... es que no me gusta mi soledad!! La disfruto cuando estando en pareja, estoy sola... es como cuando mis hijas se van con el padre por unos días, o por un rato... disfruto del recreo en nuestra relación...
Pero también me reconozco vulnerable... me reconozco débil, a pesar de lo fuerte que demuestro que soy... es simplemente que le he puesto el pecho a todos los golpes de la vida... porque seguí adelante luego de caerme y llorar mucho... porque quiero seguir viva... porque sé que puedo amar sin medida...
UUUFFFF... me fui por las ramas... sólo quería escribir que de un momento para el otro la vida te puede asombrar de las maneras más insóloitas, como lo hizo conmigo cuando volviste a aparecer en mi vida después d etanto tiempo, y hacerte volar, y sentir que todo lo podés, y descubrirte vivo nuevamente, con ganas de tantas cosas, dejándote llevar por tu ser interior, por tus sentimientos... pero también la vida, así, de pronto, sin previo aviso, te puede dar un cachetazo que te deja boyando... sin saber qué te pasó... deseando poder encotrarle el por qué...
Y sólo puedo hacer un mea culpa... y descubrir que mi emocionalidad, esa que me pediste que dejara fluir, que no racionalizara ninguna situación, justamente toda esa piel es la que me llevó a un final no anunciado, demasiado pronto... por tu miedo a intentarlo, por tus estructuras y preconceptos tan fuertes... y porque me transformé en un huracán que te sacudió... que te hizo volar según tus propias palabras, pero que no te alcanzó, porque preferiste poner nuevamente los pies sobre la tierra pero sacando todo lo emocional y sólo usando tu cabeza... el tiempo  me dará la razón, como siempre lo ha hecho... (y no lo digo por agrandarme, pero sé de qué te estoy hablando, vos que decís que tanta experiencia tengo... y nunca me equivoqué en esto... y de quienes pensé que se arrepentirían, siempre me fue así...)... y lamento que tenga que ser así... pero ves? Estoy respetando tus tiempos... tus espacios... dejándote que te des cuenta al mirara para atrás que SÍ se podía y que era sólo una cuestión de animarse... porque lo vas a descubrir... y qué bueno que me lo vas a decir si así fuera... o si fuera todo lo contrario... porque ante todo, la honestidad... y porque sabés que nunca te voy a decir... "viste? yo te lo dije".
Tiempo... eso es todon lo que necesitamos... tiempo en todo sentido... hubiéramos necesitado tiempo para demostrarnos que sí se puede... estando juntos... ahora necesitamos tiempo también para descubrir que se puede, aunque estando separados... y duele... y por eso mi hoy es tan duro de soportar... y acá estoy, recibiendo otro cachetazo de esta vida que con tanta fuerza intento vivir día a día... a la espera del mimo, que seguramente vendrá...